... Y Adam decia “nosotros teniamos una Lada, yo, no tenía la mascara de Spiderman… asi era antes del 1989”....
Fotos de gente no vais a encontrar muchas. Para saber de ellos, de ellas, hay que referirse al diario donde suelo notar las conversaciones fugaces o largas que surgen a lo largo de un viaje. Pero esto, se puede contar?
Mas que nada, durante este, aprendí a venerar a los tipos del aeropuerto especificamente los que se engargan de que las maletas de un avion vayan a otro avion y del otro avion a la alfombra esta que corre sola , escuché musica actual con un auricular del i-pod (el otro lo llevaba Margaux), leí las paginas psy de «jeune et jolie» (pourquoi j’aime me la péter, je gossip à mort, c’est normal?) ví las huellas de Tchernobyl, me volví loca con los edificios Art Nouveau, recordé a Milena Jesenská y su texto que dice “nunca mas quiero volver a tener 16 años”, tuve pesadillas, puse a crecer la kombutcha (encore un truc qui te rendrait dingue, Fabiu. Bien pire que la propolis), perdí paciencia en las estaciones, no supe pronunciar ni una palabra, me di cuenta de que cruzar a veces era imposible, bebí Tokaji (con Adam), leí tres veces las mismas paginas, empezé una novela que habla de «octobre rouge», me puse tiritas en los pies.
En fin, volví la misma, un viaje no cambia nada.
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